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lunes, 19 de abril de 2010

Cortázar al final del juego

Redacción - BBC Mundo

Se trata de treinta cartas inéditas del escritor argentino, las que saldrán a la luz gracias a que el poeta español Félix Grande consiguió derrotar el pudor de reconocerse amigo suyo. Quizás comprensiblemente, la presencia de Julio Cortázar se haga, hoy, mucho más intensa después de su muerte, ocurrida en 1984. Y tal vez sea ésta la razón del pudor del poeta extremeño Félix Grande, para guardarse el equivalente a varios años de correspondencia con el escritor rioplatense.

Julio Cortázar

Los últimos dos años de la vida de Cortázar están ligados al tormento de la ausencia de su mujer, Carol Dunlop.

"Me parecía presuntuoso presumir de la amistad de Julio Cortázar" - declaró Grande al diario español "El País". Sin embargo, hoy, a más de un cuarto de siglo de su muerte, Félix Grande decide publicar unas treinta misivas del novelista en Revista Atlántica, a cargo de José Ramón Ripoll y editada por la Diputación de Cádiz. 

Arqueología cortazariana 

"A esa casa que siempre tuvieron abierta para mí y en la que también entró Carol, a esa casa volveré pronto para estar con ustedes y también con ella, que seguirá conmigo en todos los viajes que me toque hacer...". Julio Cortázar. 

Ripoll y el poeta Javier Vela tuvieron que examinar las cartas de Cortázar como si fueran documentos de arqueología. Ripoll le contó a Juan José Robledo, de BBC Mundo, sobre la maravillosa experiencia de tener esas cartas entre las manos “Son cartas muy llamativas llenas de dibujos y palabras inventadas que no existen en el diccionario. Hemos tenido que hacer un glosario para explicar qué significan. "Recuerdo una carta que le escribe a Paca, la esposa de Félix. Contiene un dibujo de tres escalones y una flecha que señala un número: 300. Cortázar se refiere al poemario "300 escalones", que Paca le escribió a su padre, condenado a muerte por el régimen franquista”, le detalló Ripoll a BBC Mundo. 

Quince años de correspondencia 

Julio Cortázar y Félix Grande se conocieron en un congreso en La Habana y normalmente reavivaban su amistad con los constantes viajes del primero a Madrid, donde compartían sesiones de flamenco, de jazz, el vino tinto de los buenos restoranes y agotadores paseos de madrugada por La Castellana. Aparte de amistad, música y literatura, las cartas de Cortázar no eluden las diferencias políticas que separan a ambos escritores: Cuba, Nicaragua y una que otra alusión a los gobiernos militares de Pinochet o Videla. Sin embargo, lo más revelador de la personalidad del argentino se cumple en relación con la presencia y ausencia de una mujer. 

Muerte, vacío, desesperación 

"A esa casa que siempre tuvieron abierta para mí y en la que también entró Carol, a esa casa volveré pronto para estar con ustedes y también con ella, que seguirá conmigo en todos los viajes que me toque hacer, llegaremos un día los dos, seremos siempre los dos como tú nos ves en esas páginas que me destrozan." La carta dirigida a Grande revela el ánimo atormentado de Cortázar tras la muerte de quien fuera su última compañera, la canadiense Carol Dunlop, desaparecida a los 36 años, víctima de una leucemia. Según Grande, en sus declaraciones a "EL PAÍS", no había visto nunca a nadie tan contento como Cortázar después de conocerla. "Era una chiquilla con una inocencia y una dulzura encantadoras", agrega Félix Grande. "Se hizo muy amiga de mi mujer, Paquita, y consiguió que Julio rejuveneciera. Tras su muerte, se fue apagando poco a poco".

Cortázar murió dos años después de au amada Carol, de una enfermedad parecida, y ambos están enterrados en Montparnasse.

Julio CortázarEntre la muerte de Carol y la suya propia, ocurrida dos años más tarde y de una enfermedad similar a la de ella, Cortázar parece comprender que el juego se acerca a su final. En el vacío de París, y un mundo que comienza a sobrarle, sus visitas al cementerio de Montparnasse, en busca de la tumba de Carol, se hacen más frecuentes.

La última misiva 

La última carta que Félix Grande recibió de Cortázar da cuenta de su situación, alude a su compromiso político con la Nicaragua sandinista e intenta crear en su amigo español la esperanza de un reencuentro "Sigo bastante enfermo. No puede ir con Tomás Borge a Barcelona y Madrid, y no sabes cuánto lo lamento. Pero creo que estaré mejor en alguna semanas." La carta está fechada el 19 de abril de 1983, más de quince años después de que el novelista argentino, gran consumidor de poesía de todas las épocas y geografías, felicitara a Grande por su producción poética: "gracias por escribir una poesía como la suya en España." Cortázar murió el 14 de febrero de 1984 y fue enterrado en Montparnasse, el cementerio que ya se había hecho parte de su paisaje cotidiano.

FUENTE: BBC

El último Cortázar que vagó en París

Félix Grande publica 30 cartas inéditas que le envió el autor de 'Rayuela' - El escritor estaba atormentado por el vacío que le dejó la muerte de Carol Dunlop 

FERNANDO VALVERDE - Granada - 19/04/2010

"A esa casa que siempre tuvieron abierta para mí y en la que también entró Carol, a esa casa volveré pronto para estar con ustedes y también con ella, que seguirá junto a mí en todos los viajes que me toque hacer, llegaremos un día los dos, seremos siempre los dos como tú nos ves en esas páginas que me destrozan". No había transcurrido un mes desde la muerte de Carol Dunlop cuando Julio Cortázar escribió estas líneas al poeta extremeño Félix Grande, que le había abierto de nuevo las puertas de su casa. Pero ya nunca volvería a entrar Cortázar, ni con Carol ni sin ella. La depresión le hizo deambular por las calles de París y visitar con frecuencia el cementerio de Montparnasse, donde descansaba el amor de su vida y en el que dos años después acabaría él mismo, consumido por una leucemia. "Ahora es el hueco, es un París zombie, no puedo escribir ni vivir mientras veo cómo nacen estas palabras y corre la tarde. Sé que ustedes dos lo saben y lo comprenden, que no necesito agregar nada, que los quiero tanto...".

Más de 25 años después de la última carta que recibió de su amigo Julio Cortázar, Félix Grande ha decidido hacer pública parte de su correspondencia con el autor de Rayuela. Lo ha hecho en la RevistAtlántica, que edita la Diputación de Cádiz y que mañana será presentada en Granada por su director, José Ramón Ripoll y su coordinador, el poeta Javier Vela. "No las he publicado antes por pudor. Me parecía presuntuoso presumir de la amistad de Cortázar", dijo el poeta, que recordó con especial cariño las últimas misivas que recibió de su amigo. "No he conocido a nadie tan feliz como Julio Cortázar tras conocer a Carol. Era una chiquilla con una inocencia y una dulzura encantadora. Se hizo muy amiga de mi mujer, Paquita, y consiguió que Julio rejuveneciera. Tras su muerte se fue apagando poco a poco".

Antes de encontrarse atormentado y solo, en un mundo que parecía estorbarle y para el que empezaba a intuir un final más narrativo que poético, Julio Cortázar se había agarrado a la supervivencia de Carol, había encajado sus sueños en que ella pudiera superar la enfermedad que la consumía. El 24 de septiembre de 1982, semanas antes de su muerte con sólo 36 años, Cortázar escribió a Félix Grande y se mostró optimista. "Carol sigue igual, pero el lunes comienza un tratamiento que debería reactivar el funcionamiento de la médula y producir los leucocitos que le faltan. Tiene un coraje admirable y sé que se curará, pero llevará meses hasta salir de esta pesadilla". No fue así, y tuvieron que pasar dos años hasta que pudo librarse del tormento de la soledad que le acompañaba.

"Sigo bastante enfermo. No pude ir con Tomás Borge a Barcelona y Madrid, y no sabes cuánto lo lamento. Pero creo que estaré mejor en unas semanas. Besos a Paquita y a Lupe, y el abrazo de siempre de tu Julio". Estas fueron las últimas palabras que escribió Cortázar para Félix Grande, el 19 de abril de 1983, más de 15 años después de aquellas primeras en las que felicitaba al poeta. "Gracias por escribir una poesía como la suya en España", envió por aquel entonces el argentino a su todavía desconocido amigo. Los dos se conocieron en un congreso en La Habana. "Nos encantaba la música. Yo tocaba la guitarra y a él le interesó el flamenco. Nos juntábamos con gente que por aquel entonces tenía unos 20 años, como Silvio Rodríguez y Pablo Milanés. Nos hicimos muy amigos y ya siempre que viajaba a Madrid se quedaba en casa. Cenábamos hasta tarde y después nos gustaba ir a tomar unas copas al Whisky Jazz hasta que lo cerraban a las seis de la mañana. Después se empeñaba en pasear, que era algo que me agotaba a esas horas aunque yo era mucho más joven que él. Le gustaba dar paseos por la Castellana".

Durante aquellos días, tras largos paseos plagados de conversaciones, Félix Grande y Julio Cortázar se adentraron de lleno en los parques y en las plazas de la amistad tratando de pasar de puntillas por los escalones de sus diferencias. "Pronto nos dimos cuenta de que no opinábamos del mismo modo en temas como el de Cuba", explica Grande.

En una de las cartas Cortázar decide hablar de política de manera inequívoca. Tras la publicación de un artículo de Félix Grande en el diario El Socialista de Madrid sobre el poeta nicaragüense Pablo Antonio Cuadra, Cortázar responde lo siguiente: "Creo que no has estado nunca en Nicaragua, y desde fuera es difícil comprender algunas de las cosas que pasan ahí en este momento; yo, que estoy en mi cuarto viaje y conozco ya a tanta gente, puedo tal vez aclararte un poco el panorama con vistas al futuro".

Existen también otros pasajes en las 30 cartas en los que Julio Cortázar se refiere a la política, citando a Videla o a Pinochet, pero siempre de una forma superficial. "No hablábamos de lo que podía separarnos. Cuando escribí aquel artículo mostrando mi inquietud por las características que estaba tomando el Gobierno de Ortega, después de que algún que otro disparo estuviera dirigido contra aquel periódico, él me escribió aquellas palabras en las que no me reñía, sino que me quería enseñar el mundo que él veía", aclara Grande.

FUENTE: El País

jueves, 1 de abril de 2010

Presentación del Nº 33 de RevistAtlántica en la Feria del Libro de Granada


El lunes 19 de abril tendrá lugar el acto de presentación del nº 33 de RevistAtlántica de Poesía en la Feria del Libro de Granada. Intervendrán en el acto los escritores Álvaro Salvador, Catedrático de Literatura Hispanoamericana y Española en la Universidad de Granada; José Ramón Ripoll, Director de RevistAtlántica de Poesía, y Javier Vela, coordinador de la publicación.
























Día y hora: Lunes, 19 de abril, a las 20:00 h.
Lugar: Fundación Caja Rural de Granada, Sala Zaida
Edita: Servicio de Publicaciones de la Diputación de Cádiz